La Llibreria de la Universitat de València, un proyecto pionero

12/12/2023

Javier Crespo, Ana Isabel Poves

El 11 de diciembre de 2003 abrió sus puertas la Llibreria de la Universitat de València con el fin de acercar su producción editorial y la del resto de las universidades y centros de investigación españoles a la sociedad. Unelibros agradece a los autores la traducción del relato de aquella iniciativa pionera en nuestro país, texto que forma parte del libro "Cent anys fent llibres. La trajectòria d’una editorial universitària. PUV, 1920-2020" (PUV, 2021, Maite Simón, ed).
La Llibreria de la Universitat de València, un proyecto pionero

¡Oh! ¡Cuántos libros!
¡Y cuántos autores célebres! ¡Griegos, latinos, poetas,
historiadores, filósofos, teólogos, oradores!
¡Cuántas imágenes de autores!

JOAN LLUÍS VIVES, Diálogos

 

¿Qué utilidad tiene un libro que no se lee?, ¿o de cuya lectura se desiste por la dificultad de conseguirlo? ¿No son quizás algunos de los libros que más apreciamos y que más nos han marcado, aquellos que encontramos al azar mientras deambulábamos por los pasillos de una librería donde habíamos entrado sin un propósito previo?

La escasa visibilidad y disponibilidad de las publicaciones universitarias ha sido siempre una dolorosa realidad y la dificultad para encontrar un lugar dentro de la enorme oferta que manejan las librerías ha sido siempre un reto. Son miles las novedades que llegan cada año y apenas consiguen mantenerse dos meses en las estanterías antes de ser devueltas a los distribuidores. La rotación es alta y no permite el tiempo de exposición y promoción adecuado, con el agravante de que este espacio es ocupado principalmente por los libros de actualidad, de entretenimiento, de consumo inmediato. Esta situación impide al libro universitario –que por sus características requiere más tiempo y atención– una presencia significativa en las librerías. Y encontrar soluciones a esta realidad fue lo que llevó a la creación de una librería en el seno del Servei de Publicacions de la Universitat de València (PUV).

Anuncio publicado en El País (2003).

La finalidad de la edición universitaria es poner a disposición del alumnado, el profesorado y el personal investigador los materiales necesarios para reforzar su cometido docente, investigador y de transmisión de conocimientos, y a disposición de esta misma comunidad y de la sociedad en general, contenidos de carácter sociocultural que contribuyan, como recoge el título preliminar de los Estatuts de la Universitat de València, a la difusión de la cultura en el seno de la sociedad, facilitando, estimulando y acogiendo actividades intelectuales y críticas en todos los campos de la cultura y el conocimiento. Para cumplir más eficientemente estos objetivos, había que optimizar los canales de venta de manera que aseguráramos el acceso y que, además, este acceso fuera más rápido, sencillo y eficaz. Fue, pues, para atender esta necesidad por lo que se puso en marcha una librería que contuviera todo el catálogo de nuestra Universitat, y en aras de una atención más adecuada a las necesidades de la comunidad universitaria, que incluyera también los libros editados por el resto de universidades españolas.

Estrategia de comercialización

Así es como nació hace veinte años La Llibreria de la Universitat. Como un proyecto que culminaba la estrategia de comercialización que PUV había diseñado para paliar, entre otras cosas, la ausencia del libro universitario en los puntos de venta. La gestación de la iniciativa de crear una librería perteneciente al propio Servei de Publicacions, que diera respuesta a los objetivos marcados, había partido del que entonces era su director, Antoni Furió, y contó con el pleno apoyo del Vicerrectorado de Cultura, dirigido en aquellos momentos por Juli Peretó, y del entonces rector de la institución, Pedro Ruiz Torres. Un apoyo que continuaría por parte del nuevo equipo rectoral que tomó el relevo poco antes de que fuera inaugurada en 2003. Antoni Furió, como presidente de la Asociación de Editoriales Universitarias Españolas (AEUE) –al frente de la cual estuvo durante cuatro años–, asistió a la BookExpo America (BEA) y, al ser una feria con sede rotatoria, tuvo la oportunidad de visitar las editoriales de universidades de Nueva York, Chicago o Los Ángeles, comprobando que todas disponían de una librería propia que funcionaba como una potente herramienta de comercialización y promoción. Y entendió que replicar el modelo adaptándolo a nuestra realidad era una oportunidad que valía la pena explorar.

El primer paso, una vez que había quedado claro por qué se necesitaba una librería, era encontrar el espacio físico donde emplazarla. Tras pasar por varias sedes provisionales, por fin el Servei de Publicacions iba a recibir una ubicación definitiva en el nuevo edificio construido sobre la antigua Escuela de Empresariales. Y ahí apareció una opción adecuada, consecuente y lógica. Si se pretendía una gestión directa con personal propio, ninguna ubicación mejor que dentro del propio Servei, y las nuevas instalaciones permitían esta posibilidad. Un edificio de nueva planta con grandes escaparates a dos calles con una considerable circulación de población universitaria, como es el cruce estratégico de las calles Artes gráficas y Doctor Moliner, suponía una excelente oportunidad. Más de cincuenta metros de escaparates de tres metros de altura en forma de grandes vidrieras eran ideales para dotarla de visibilidad. Y en el interior, doscientos metros de superficie de venta, más los espacios de trabajo y de almacenamiento, proporcionaban las características buscadas. Parecía un espacio idóneo. Y el tiempo ha confirmado esta idoneidad.

La elección del lugar

Una vez reconocida la necesidad, perfilada la idea para satisfacerla y encontrada la ubicación, el siguiente paso era incorporar al personal que se encargara de poner en marcha el proyecto y de coordinar el funcionamiento diario de la librería. Tras un proceso selectivo público, se incorporaba un librero que comenzó a trabajar en la adecuación del espacio físico, en la selección del mobiliario, la organización temática del espacio, la selección de los fondos iniciales y todos los pequeños detalles que implicaba crear un proyecto como aquel partiendo de cero.

Fue un año de trabajo intenso en el que fueron necesarios cambios y ajustes sobre la base de las ideas iniciales, analizando y contrastando opciones. Pasamos meses montando y ajustando equipamiento, ultimando acuerdos con los servicios de publicaciones de las diferentes universidades, interaccionando con los proveedores para asegurar el cumplimiento de los plazos y solucionando los imprevistos que inevitablemente surgían.

Finalmente, el 11 de diciembre de 2003, pudimos celebrar la inauguración con un acto que reunió a toda la comunidad universitaria y a numerosos representantes de la sociedad valenciana. El punto de partida fue un éxito y pronto quedaron aclaradas las dudas. La acogida que tuvimos fue extraordinaria y desde el primer momento la asistencia de público superó las expectativas. Hasta tal punto que la enorme carga de trabajo hizo que, a pesar de disponer de la ayuda del resto de personal del Servei para diversas tareas, se hiciera necesario solicitar una ampliación de personal. Así pues, se contó casi desde el principio con una librera de apoyo.

El País (11 de diciembre de 2003).
El País (11 de diciembre de 2003).

El reto estaba lanzado y llegaba la fase importante: había que demostrar que las expectativas eran sólidas y se cumplían los objetivos propuestos. La finalidad era mejorar la difusión y comercialización de nuestras publicaciones. Tanto en PUV como en el resto de universidades se editaban contenidos de calidad, libros con una cuidada presentación formal, con temáticas interesantes para el conjunto de la sociedad, de autores que destacaban en su campo de conocimiento, y La Llibreria era una herramienta importante para ponerlos en valor. La gran transformación cualitativa que habían experimentado los servicios de publicaciones de las universidades españolas desde los tiempos en que eran poco más que servicios de reprografía hasta ese momento en que competían con las mejores editoriales privadas, exigía dotarlos de herramientas de comercialización que incrementaran su visibilidad y disponibilidad.

El primer objetivo se había alcanzado con la apertura: un punto de venta con el catálogo de PUV completo disponible para los lectores, un punto de referencia al que todos supieron que podían acudir con la garantía de encontrar el contenido que buscaban. Y que propiciaba, además, ese encuentro casual, azaroso, que se produce al entretenerse entre estanterías llenas de libros valiosos que no se buscaban.

El segundo era doble: por un lado, asegurar a nuestros autores y autoras que disponían de un lugar donde dirigir a las personas interesadas en comprar su libro. Por otro, apoyar su promoción destacándolos en nuestros escaparates. Sin duda, un cartel de casi tres metros de alto por más de dos de ancho con su fotografía, emplazado en una calle ancha por donde circulan los autobuses que llegan del centro de la ciudad hasta el campus universitario y junto a la parada de metro de Facultades, es una publicidad indiscutiblemente extraordinaria.

Punto de venta de todas las editoriales universitarias

Un tercer objetivo era establecer un marco de colaboración de larga duración con el resto de editoriales universitarias que nos ofreciera un claro beneficio a todas. A nosotros, por contar con un fondo amplio que reforzaba el interés por acudir a nuestra librería –y de eso se beneficiaba nuestro catálogo–, y a las otras universidades porque tenían un punto de venta óptimo y se beneficiaban de la búsqueda proactiva de clientes que pusimos en marcha. En aquellos momentos, 2003, no había nadie que tuviera todos estos fondos en un mismo espacio, y numerosas bibliotecas y librerías encontraron una oportunidad excelente para centralizar compras a través de un solo proveedor que les ahorraba tiempo y les mejoraba los plazos de entrega. En este mismo sentido de colaboración, buscando aumentar el atractivo de nuestra propuesta y la afluencia de clientes, se contó desde el principio con un espacio independiente dentro de la librería con objetos de regalo institucional: camisetas, sudaderas, tazas, material de escritorio, etc. Es un espacio gestionado por la Fundació General de la Universitat de València –de manera que está asegurada la calidad de los productos y la adecuada utilización de la imagen corporativa de la Universitat–, que nos ha permitido darnos a conocer sobre todo entre jóvenes «erasmus» que aprovechan su estancia en la ciudad para llevarse un recuerdo y que, de esta manera, han podido conocer también nuestras publicaciones.

 Espacio de las revistas en La Llibreria de la Universitat. Detrás, el librero Javier Crespo (Fotografía de Miguel Lorenzo).
 Espacio de las revistas en La Llibreria de la Universitat. Detrás, el librero Javier Crespo (Fotografía de Miguel Lorenzo).

Con los escaparates hemos conseguido el objetivo de llegar a más gente y ganar imagen de marca. Ha resultado ser una herramienta de marketing de gran valor gracias a una ubicación que coincide con el paso diario de centenares de personas. Solo en la calle Doctor Moliner contamos con once escaparates de tres metros de alto por cinco de ancho, separados por columnas con los logos de la Universitat y de PUV, que nos posibilitan promocionar simultáneamente tanto a una autora determinada como las últimas novedades, una colección, un libro destacado...

Y el espacio de la librería se ha convertido, gracias a la elección de un mobiliario modular que nos permite adaptar el espacio con agilidad a necesidades puntuales, en un punto de encuentro ideal para hacer presentaciones y otras actividades culturales que refuerzan nuestra imagen como dinamizadores culturales.

Lugar de encuentro de autores y lectores

Al desarrollo de actividades en el espacio de la librería, con las que se consigue acercar a los lectores y las lectoras a los libros, se suma una considerable actividad hacia el exterior en forma de colaboraciones en presentaciones, ferias y congresos, con la que se consigue también acercar los libros al público. Y de esta manera se profundiza en el cometido de difusión y promoción. Por un lado, en aquellas actividades desarrolladas en otros espacios de la Universitat, hemos participado a lo largo de estos casi veinte años en decenas de congresos y conferencias, acudiendo allí donde se celebran con una selección de fondos relacionados con el tema del acto, lo que nos ha dado la posibilidad de darnos a conocer entre potenciales usuarios del ámbito académico.

Exterior e interior de La Llibreria de la Universitat (Fotografía de Celso Hernández de la Figuera).
Exterior e interior de La Llibreria de la Universitat (Fotografía de Celso Hernández de la Figuera).

Por otro lado, participando todos los años en la Feria del Libro de Valencia y en la Plaça del Llibre de València, nos hemos hecho cada vez más presentes para la sociedad valenciana. La Feria del Libro de Valencia, que se celebra cada año en los Jardines de Viveros, es uno de los principales eventos culturales de la ciudad y nos permite organizar, durante las casi dos semanas que dura, numerosas presentaciones y firmas de nuestros autores y autoras. Organizada por el Gremi de Llibrers de València, es el encuentro de la sociedad con los libros, una ocasión única para darse a conocer entre un público muy heterogéneo. Aunque PUV ya llevaba unos años asistiendo –primero en colaboración con la distribuidora Sendra-Marco y posteriormente con caseta propia–, la creación de La Llibreria y su afiliación al gremio nos ha permitido potenciar año tras año la presencia de nuestros libros, aumentando las casetas de exposición y posibilitando la oferta complementaria de los fondos de las editoriales universitarias que forman la UNE y la Xarxa Vives d’Universitats, lo que ha enriquecido la oferta que se han encontrado los valencianos al acudir a la Feria. Y la presencia en la Plaça del Llibre, aunque es un acontecimiento de dimensiones más reducidas, es también muy especial por el carácter de apoyo y reivindicación cultural y lingüística que supone, ya que constituye el expositor del libro en valenciano más importante, donde se reúnen anualmente autores, autoras y editoriales de todo el ámbito lingüístico catalán.

La Llibreria de la Universitat en la Feria del Libro de Valencia. El presidente de Les Corts Valencianes, Enric Morera, acompañado por el vicerrector de Cultura, Antonio Ariño, y el director de puv, José Luis Canet, visitan la caseta (abril de 2018).
La Llibreria de la Universitat en la Feria del Libro de Valencia. El presidente de Les Corts Valencianes, Enric Morera, acompañado por el vicerrector de Cultura, Antonio Ariño, y el director de puv, José Luis Canet, visitan la caseta (abril de 2018).

En cuanto al funcionamiento, a la dinámica del personal, se partió de la idea de que el carácter comercial de la actividad obligaba a regirse por una profesionalidad que se alejara, en la medida de lo posible, de los estereotipos –injustos la mayoría de las veces– que a menudo acompañan a los servicios públicos. Con personas que tuvieran experiencia previa, que cuidaran la atención al cliente no como un propósito sino como una realidad: escuchando, conociendo sus necesidades, aconsejando, dedicando el tiempo necesario, con compromiso y aportando un valor extra. Ello requería horarios amplios y un espacio agradable, funcional y cálido a la vez, que cumpliera el cometido de hacer agradable la visita e invitara a volver de nuevo. Y, modestamente, creemos haber conseguido una librería especializada y de fondo con un perfil único. Con un carácter muy personal. Que nos ha proporcionado un público fiel y agradecido que nos valora y nos sigue acompañando.

Finalmente, y para no detallar excesivamente todos los objetivos que nos habíamos marcado, cabe mencionar la puesta en marcha de una plataforma de venta en línea que aprovecha las dinámicas de trabajo en la librería para incorporar automáticamente los datos y posibilitar la adquisición, de manera ágil, desde cualquier lugar del mundo y en una única gestión, de la variada oferta de libros académicos a la que hemos conseguido dar forma. Aunque ha funcionado bien, la importancia creciente que el canal en línea ha experimentado en los últimos años ha hecho que estemos preparando modificaciones importantes para adaptarnos a los últimos cambios. El uso creciente de los formatos digitales y de las compras a través de comercio electrónico suponen un reto, pero al mismo tiempo una oportunidad, si se saben utilizar las herramientas adecuadas.

Más de 30.000 libros en stock

Describiremos la librería en una pincelada breve, para que la gente que nunca la ha visitado pueda conocer sus rasgos básicos. Está situada en el campus de Blasco Ibáñez, junto a la Facultat de Geografia i Història y la Biblioteca d’Humanitats Gregori Maians, y dispone de los fondos bibliográficos (libros, revistas...) de las principales editoriales universitarias españolas y de diversos organismos públicos dedicados a la investigación y difusión de la ciencia y la cultura. Cuenta con una superficie de doscientos metros cuadrados de exposición y venta, más unos almacenes anexos. Gracias al diseño del mobiliario, sus más de cuatrocientos metros lineales de estanterías dan cabida a unos dieciséis mil títulos, a los que hay que sumar los almacenados en los cajones inferiores de las estanterías, que facilitan el acceso para la clientela y a la vez la rotación de las novedades. En total, hay más de treinta mil libros en stock, además de existir la posibilidad de conseguir con rapidez todo el catálogo vivo de las setenta universidades y centros de investigación asociados a la UNE.

Las materias de los fondos abarcan todas las áreas de conocimiento y su ordenación por temas sigue un esquema ampliamente usado en la mayoría de librerías universitarias y que guarda relación con la división que la propia universidad hace en sus estudios: Humanidades, Ciencias Sociales, Ciencias de la Salud, Ciencias Básicas... De manera que tenemos secciones de Historia, Arte, Filología, Filosofía, Geografía, Derecho, Economía, Sociología, Antropología, Psicología, Educación, Medicina, y un largo etcétera. Y cada sección está organizada por submaterias para conseguir mayor especificidad y facilitar la búsqueda. A su vez, dentro de las materias, ordenamos los libros por editoriales, dado que las universidades suelen tener colecciones dirigidas a áreas concretas que guardan una unidad temática. Es una ordenación que resulta útil tanto para el público como para nosotros a la hora de buscar un título concreto.

En el momento de su creación constituyó una iniciativa pionera que pronto se convirtió en un referente. Aunque todas las universidades podían ver como necesaria una herramienta de este tipo, bien fuera por razones presupuestarias o de capacidad organizativa, nadie la había puesto en marcha. La decisión de dotarse de una librería como elemento diferenciador que nos diera más capacidad de comercialización, hacerlo además en colaboración con la AEUE –actualmente, UNE– e incorporar de esta manera todos los libros que se estaban editando entonces en el seno de las universidades españolas, nos convirtió en una referencia del libro académico español.

Y todo ello lo hicimos integrados dentro del Gremi de Llibrers y en estrecha colaboración con el resto de librerías mediante la participación en las múltiples actividades que organizan: campañas de promoción del libro, organización de encuentros y jornadas, asistencia a ferias, etc. Supimos crear un modelo que ofrece una oferta muy especializada y a la vez muy necesaria que ellos no conseguían cubrir. Y respetando y asumiendo el valioso papel que tiene una buena red de librerías para una ciudad, absteniéndonos de tener a la venta los libros más comerciales, como novelas o best-sellers –que nos proporcionarían unas ventas considerables, pero que irían en detrimento del mantenimiento de esta red–.

Afortunadamente, se estableció un precedente que luego otras universidades imitaron, como la de Granada, que fue la siguiente en abrir una, en 2006. Le seguirían, aunque con un concepto diferente, espacios de venta en Santiago de Compostela, Oviedo, Barcelona y Madrid.

Interior de La Llibreria de la Universitat. En la imagen, la librera Ana I. Poves (Fotografía de Miguel Lorenzo).
Interior de La Llibreria de la Universitat. En la imagen, la librera Ana I. Poves (Fotografía de Miguel Lorenzo).

La voluntad de seguir vendiendo libros

En la actualidad, las dificultades ya mencionadas que afrontaban las ediciones universitarias para encontrar un lugar dentro de la enorme oferta de contenidos continúan vigentes. El sector del libro en general y de las librerías en particular está experimentando una gran transformación. Los avances tecnológicos aceleran el cambio de los hábitos de consumo y nos sitúan en una encrucijada que cuestiona nuestro modelo de negocio. Y aunque la aparición de la pandemia de la covid-19 dificultó más aún la pervivencia de la red cultural que forman las librerías, tenemos la obligación de ser optimistas. Conviene no olvidar que el libro siempre ha gozado de una mala salud de hierro. La palabra crisis siempre ha ido aparejada al libro y las librerías y no por ello se ha dejado de leer ni se ha dejado de vender libros. Abrazamos todo lo positivo que nos traen las nuevas tecnologías sin olvidar que, hasta hoy, el libro en papel sigue siendo la mejor herramienta que se ha diseñado para la lectura.

Y ahora que estamos de celebración en La Llibreria de la Universitat de València porque cumplimos veinte años, es momento de reforzar la voluntad de seguir haciendo un buen trabajo con el objetivo de que, como PUV, llegue a ser centenaria. Porque la universidad y los libros siempre existirán, y su relación es tan estrecha que, de una forma u otra, continuarán juntos durante mucho tiempo.

Nuestro modelo de librería especializada y de fondo continúa cumpliendo con los propósitos para los que fue creada, sigue siendo necesaria, y confiamos en que continuaremos secundando durante muchos años la visibilidad y difusión de los libros universitarios, seleccionándolos, exhibiéndolos, promocionándolos, acercándonos allí donde estén los usuarios, apoyando a autores y autoras, colaborando con la sociedad para promover la lectura y la transmisión del conocimiento. Si continuamos adaptándonos a las necesidades lectoras, creando comunidad y generando tejido cultural, lo conseguiremos. Se trata de seguir siendo útiles con nuestra modesta aportación a la labor de docencia, investigación y desarrollo cultural que la universidad representa.

Y de seguir vendiendo, porque los libreros amamos los libros, los disfrutamos, y entendemos que la mejor manera de manifestar nuestra pasión es vendiéndolos.

Javier Crespo

Javier Crespo

Licenciado en Documentación por la UPV y diplomado en Biblioteconomía y Documentación por la UV. Ha trabajado tanto en librerías del sector privado como en bibliotecas universitarias. Es el coordinador de La Llibreria desde su creación, en 2003.

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Ana Isabel Poves

Ana Isabel Poves

Licenciada en Documentación por la UPV y diplomada en Biblioteconomía y Documentación por la UV. Hizo las prácticas de la diplomatura en Publicacions de la Universitat de València e inició su actividad profesional como técnica ayudante de La Llibreria en el año 2004.

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