
La accesibilidad se ha convertido en un eje central en la educación superior y en la edición académica. La Universidad y sus editoriales afrontan un momento histórico: garantizar que todos los contenidos que publicamos sean comprensibles y utilizables por cualquier persona, independientemente de sus capacidades sensoriales, cognitivas o tecnológicas. No se trata únicamente de cumplir con la legislación vigente, sino de asumir un compromiso ético y pedagógico que promueva la inclusión y la igualdad de oportunidades.
Durante décadas, la edición universitaria se ha centrado en la calidad académica, la precisión científica y la coherencia tipográfica. Sin embargo, la accesibilidad era un aspecto secundario o, en muchos casos, ignorado. Con la entrada en vigor de la Ley 11/2023, que transpone la Directiva Europea de Accesibilidad (2019/882), la situación cambia radicalmente: todas las publicaciones digitales deben cumplir estándares de accesibilidad reconocidos internacionalmente, específicamente las WCAG 2.1 nivel AA.
Este cambio no solo implica ajustes técnicos, sino también una transformación profunda de los procesos editoriales: desde la redacción de los capítulos hasta la maquetación, la inclusión de imágenes, tablas, diagramas y mapas, y la generación de versiones digitales accesibles. En este contexto, la accesibilidad deja de ser un mero requisito legal para convertirse en un compromiso con la comunidad académica, ampliando el acceso al conocimiento y reforzando la responsabilidad social de la universidad.
Esto afecta de manera directa a la publicación de libros, manuales, capítulos de investigación y materiales docentes. Dicho de otra manera: cualquier recurso digital que salga de la universidad debe estar preparado para ser percibido, comprendido y utilizado por todas las personas, incluidas aquellas que emplean tecnologías de asistencia.
Aunque el concepto de accesibilidad digital es relativamente reciente, la preocupación por hacer los contenidos académicos comprensibles para todos tiene décadas de trayectoria. Con la llegada de la digitalización y los libros electrónicos, surgieron nuevos retos: la adaptabilidad del texto, la correcta estructuración de los capítulos y la accesibilidad de las imágenes y gráficos. Sin embargo, hasta hace pocos años, la mayoría de las publicaciones universitarias digitales no cumplían criterios de accesibilidad formalmente establecidos.
Marco legal
La Ley 11/2023 marca un hito decisivo, ya que establece obligaciones legales claras para todas las publicaciones digitales, no solo para las creadas por administraciones públicas, sino también para las instituciones educativas. Esto incluye:
- Documentos PDF, EPUB y otros formatos digitales asociados a la edición.
- Plataformas web que alojan libros, artículos y materiales complementarios.
- Recursos multimedia vinculados a los contenidos académicos.
Sus principales exigencias incluyen:
- Perceptibilidad: toda persona debe poder percibir la información, ya sea mediante la vista, el oído u otras tecnologías de asistencia.
- Operabilidad: los contenidos deben ser navegables y manipulables mediante teclado, voz, pantalla táctil o dispositivos adaptativos.
- Comprensibilidad: la información y las instrucciones deben ser claras, coherentes y predecibles, evitando ambigüedades o estructuras complejas innecesarias.
- Compatibilidad: los contenidos deben ser compatibles con diferentes tecnologías de asistencia y sistemas futuros, garantizando su funcionalidad a largo plazo.
Para las editoriales universitarias, esto implica repensar el proceso editorial completo, desde la creación de los originales hasta la publicación digital final, garantizando que todos los elementos visuales y textuales cumplan criterios de accesibilidad.
Implicaciones para la edición de libros
Hasta ahora, los procesos editoriales se centraban en:
- Garantizar la exactitud académica.
- Mantener la coherencia tipográfica y de estilo.
- Revisar las referencias bibliográficas según normas específicas.
Con la Ley 11/2023, cada contenido digital debe cumplir estándares de accesibilidad. Esto afecta tanto a PDF como a EPUB, plataformas web y cualquier recurso digital asociado.
Los cambios necesarios incluyen:
1. Etiquetado y estructuración correcta para permitir la navegación mediante lectores de pantalla.
2. Orden lógico de lectura, asegurando que el flujo de información sea coherente.
3. Navegación por títulos, subtítulos y tablas de contenido, imprescindible para la usabilidad digital.
4. Textos alternativos para todas las imágenes, gráficos, diagramas, mapas y tablas.
5. Compatibilidad con tecnologías de asistencia, incluyendo lectores de pantalla, síntesis de voz y navegación por teclado.
El cumplimiento de estos estándares permite que cualquier lector, con o sin discapacidad, pueda acceder al contenido con la misma calidad y profundidad.
Formatos accesibles: PDF frente a EPUB
La accesibilidad digital se concentra principalmente en dos formatos: EPUB 3 y PDF accesible. Cada uno tiene ventajas y limitaciones, y su elección depende del tipo de libro y del contenido visual.
EPUB 3
EPUB 3 es el estándar internacional para libros electrónicos. Su ventaja principal es la “refluidez” del texto, que permite al lector ajustar el tamaño de letra, el tipo de fuente, los márgenes y colores de fondo y texto.
Además, EPUB 3 incluye etiquetado semántico nativo: encabezados, listas, tablas y enlaces son interpretables por lectores de pantalla, ofreciendo una experiencia de lectura inclusiva.
Limitaciones en contextos académicos:
- Libros con múltiples imágenes, gráficos y diagramas complejos pueden perder fidelidad visual.
- Las tablas grandes o diagramas combinados con texto pueden desestructurarse.
- La navegación por capítulos largos puede ser menos intuitiva si la maquetación no se adapta correctamente.
PDF accesible
El PDF accesible mantiene fidelidad tipográfica y estructural, algo esencial en manuales universitarios con abundantes ilustraciones y contenido complejo. Cada párrafo, encabezado, lista, tabla o imagen tiene marcado semántico interno, interpretado correctamente por lectores de pantalla.
Ventajas:
- Mantiene la estructura visual original.
- Permite metadatos completos y navegación interna mediante marcadores.
- Compatible con lectores de pantalla, dispositivos de lectura en voz alta…
En la Editorial de la UC, el PDF accesible se ha priorizado debido a:
- La naturaleza de nuestras publicaciones, que suelen ser manuales y monografías con abundante contenido visual.
- Nuestro flujo editorial consolidado, que utiliza InDesign para maquetación y exporta directamente a PDF.
Este enfoque es el inicio de un proceso progresivo. En el futuro, según las necesidades de los lectores, se evaluará la transición a EPUB u otros formatos accesibles, teniendo en cuenta que, históricamente, versiones anteriores de EPUB no han garantizado la compatibilidad a largo plazo en todos los dispositivos de lectura, software, aplicaciones o plataformas de lectura digital, lo que puede afectar a la disponibilidad y a la accesibilidad del contenido.
Buenas prácticas para autores y autoras
Para garantizar la accesibilidad desde el origen existen una serie de buenas prácticas que ayudan a que los contenidos sean más claros, navegables y universales, pedimos a quienes participan en nuestras publicaciones que sigan estas recomendaciones:
- Usar un lenguaje claro y directo, evitando ambigüedades y jerga innecesaria.
- Organizar el contenido con encabezados jerárquicos (títulos, subtítulos).
- Utilizar listas y tablas de forma correcta y bien estructurada.
- Asegurar que las imágenes tengan buena calidad técnica (mínimo 600 ppp en formato TIFF o JPG sin comprimir).
- Incluir siempre en los originales: pie de imagen, fuente y texto alternativo.
- Entregar la bibliografía siguiendo la misma norma por todos los autores/as participantes agrupada al final de la obra.
Estas pautas facilitan la lectura tanto en papel como en formato digital.
La pieza clave: los textos alternativos
Uno de los cambios más relevantes para los autores y autoras es la obligación de incluir un texto alternativo en cada contenido visual: imágenes, gráficos, tablas, mapas, diagramas o esquemas.
El texto alternativo es una descripción breve y objetiva de una imagen, gráfico, tabla o cualquier otro elemento visual (diferente del pie). Su objetivo es permitir que las personas con discapacidad visual accedan a la información a través de lectores de pantalla u otras tecnologías de asistencia.
No es necesario describir elementos decorativos sin valor informativo.
¿Cómo debe redactarse?
- Breve y claro: una o dos frases suelen ser suficientes.
- Objetivo: describe lo que se ve, sin interpretaciones.
- Relevante: incluye solo la información clave en el contexto del capítulo.
- Complementario: no repitas lo que ya dice el pie de imagen.
¿Dónde debe incluirse?
En los originales enviados a la Editorial, cada imagen debe ir acompañada de:
- Pie de imagen
- Fuente
- Texto alternativo
Puede incluirse debajo de cada imagen en el manuscrito o en un documento independiente, indicando a qué figura corresponde.
Algunos ejemplos:
- Imagen: Gráfico de barras con resultados de una encuesta.
- Texto alternativo: “Gráfico de barras que muestra que el 65 % de los encuestados prefiere el formato digital”.
- Imagen: Fotografía de una excavación arqueológica.
- Texto alternativo: “Vista general de una excavación con restos de muros romanos”.
- Tabla: Comparativa de datos demográficos.
- Texto alternativo: “Tabla que compara población por edad en 2020 y 2023 en Cantabria”.
Los autores son quienes mejor conocen el contexto y la finalidad de las imágenes. Por eso insistimos: el mejor texto alternativo es el que proporciona el autor/a. Si no lo incluye, la editorial lo generará mediante inteligencia artificial, con el riesgo de que la descripción sea imprecisa o no refleje fielmente el mensaje que se quiere transmitir.
La responsabilidad en el proceso editorial
Cada autor/a es responsable de:
- Aportar las imágenes en calidad suficiente para la impresión y la difusión digital.
- Gestionar los permisos de reproducción en alta resolución cuando sea necesario.
- Entregar los originales completos (texto + imágenes + metadatos) dentro de los plazos establecidos por la editorial.
Impacto en la edición digital
El cumplimiento de estas prácticas permite que los capítulos se transformen en PDF accesibles, con:
- Estructura semántica clara y consistente.
- Navegación mediante marcadores y tablas de contenido internas.
- Metadatos completos y correctos.
- Compatibilidad total con lectores de pantalla.
El mismo libro puede funcionar en versión impresa y digital inclusiva, sin duplicar esfuerzos ni generar inconsistencias.
Más allá de la normativa
Cumplir con la Ley 11/2023 es imprescindible, pero no debe verse como una carga administrativa. La accesibilidad debe entenderse como una oportunidad para construir una universidad más inclusiva, donde nadie quede excluido del acceso al conocimiento por motivos técnicos o de diseño.
Cada vez que añadimos un texto alternativo, estructuramos mejor un capítulo o simplificamos el lenguaje, no solo cumplimos con una norma: ampliamos el alcance de nuestra producción académica y favorecemos que esta llegue a más personas.
Conclusión
La accesibilidad en la edición universitaria es, al mismo tiempo, un requisito legal y un acto de responsabilidad social. Como comunidad académica, nos corresponde garantizar que los libros, artículos y materiales que publicamos reflejen no solo calidad científica, sino también un compromiso real con la inclusión.
Desde la Editorial de la UC hemos preparado una Guía breve de accesibilidad para autores y autoras, donde hay ejemplos prácticos y orientaciones que iremos completando a medida que vayamos avanzando.
Recursos y plantillas de la Editorial UC: https://www.editorial.unican.es/descargas
Si algún lector necesita un libro en formato accesible, puede solicitarlo y la Editorial se compromete a prepararlo. Hacer accesibles nuestras publicaciones no es solo cumplir con la ley: es construir una universidad abierta a todos.