La investigación y la vida. Apuntes sobre el culto a María Lionza

19/03/2024Roger Canals

El autor de este artículo comparte la experiencia vital y académica a las que le ha llevado el objeto de estudio de su tesis doctoral, un recorrido que ha descrito en el libro «Una diosa en movimiento. La creatividad visual en el culto a María Lionza» (Ediciones UB, 2023).

La investigación y la vida. Apuntes sobre el culto a María Lionza
María Lionza en Barcelona. Foto: Roger Canals, 2017.

La antropología es probablemente una de las disciplinas en las que la diferencia entre la investigación y la vida personal o afectiva resulta más difusa y problemática. Los antropólogos estudiamos las relaciones sociales. Pero no lo hacemos desde la distancia, sino estableciendo lazos personales con personas de otros países y culturas. Este largo proceso de aprendizaje mutuo es lo que solemos llamar «trabajo de campo». 

El primer trabajo de campo tiene siempre un efecto disruptivo y trasformador. Es un episodio que te hace ver la vida con otros ojos, pensar la experiencia humana bajo nuevos conceptos y categorías, replantearte los valores y principios de tu día a día. De entre todas las experiencias de trabajo de campo que he realizado, la descubierta del culto a María Lionza en Venezuela es, sin duda, la que más me ha impactado a nivel intelectual y personal. Puedo decir que el culto a María Lionza me cambió la vida para siempre.

Altar de María Lionza
Altar dedicado María Lionza en Maracaibo. Foto: Roger Canals, 2006.

El culto a María Lionza es una práctica religiosa originaria de Venezuela en la que se mezclan creativamente elementos de origen indígena, africano y europeo. La divinidad principal del culto es María Lionza, una diosa imaginada y representada de maneras muy diferentes y a primera vista contradictorias: una mujer blanca, mestiza o india, a veces bondadosa y a veces maléfica, con alto contenido sexual o asimilada a las santas católicas. Durante los rituales, el espíritu de María Lionza (o el de otras entidades de su panteón) desciende en el cuerpo de las «materias», es decir, de los médiums que son capaces de acoger una divinidad en su interior.

¿Qué tuvo que pasar para que un joven de veintitrés años del Ensanche barcelonés terminara en la selva venezolana estudiando un culto de posesión afroamericano con un bloc de notas en la mano y una cámara de cine bajo el brazo? En el año 2003 yo estudiaba un máster de cine y antropología y buscaba un tema para la tesis doctoral. Estaba preocupado y algo angustiado. Tenía ganas de abandonar por un tiempo Barcelona, pero no sabía ni dónde ir ni para qué.  En aquel momento vino una profesora catalana que estudiaba culturas indígenas de Venezuela y me trajo un regalo: se trataba de la estatua de una mujer desnuda cabalgando sobre un extraño animal que por aquel entonces no supe identificar —se trataba del tapir amazónico o Tapirus terrestris—. La mujer estaba desnuda y la imagen tenía, a mis ojos, una evidente connotación sexual. Mi amiga me dijo: «esta es la imagen de una divinidad venezolana llamada María Lionza. Alguien debería hacer una tesis sobre ella y sus imágenes. Es un culto con posesión espiritual».

Esta imagen me cautivó desde el primer momento. ¿Cómo era posible que esta representación, tan alejada de lo que para mí eran los estándares de los íconos religiosos, fuera una imagen sagrada? ¿Qué culto se organizaba alrededor de esta imagen? ¿Qué significaba la «posesión espiritual»? Evidentemente, me venían a la memoria imágenes de películas de terror, cómics y novelas fantásticas en las que se hablaba de espíritus malignos que penetraban el cuerpo de las personas. Pero mi amiga ya me había advertido que, en el culto a María Lionza, la posesión espiritual era algo muy distinto…

Poco tiempo después, otra colega americanista interesada en Venezuela me ofreció un nuevo regalo: se trataba de unas estampitas de religiosidad popular, pequeñas imágenes de santos católicos y divinidades locales. Una me llamó especialmente la atención: era una reina de piel blanca o mestiza con una rosa en el pecho y una bandera amarilla en la mano izquierda. Sorprendentemente, la divinidad se llamaba también María Lionza. ¿Se trataba del mismo personaje? Pregunté a mi amiga si una misma entidad espiritual podía ser representada de maneras tan diversas (como una india desnuda y como una reina europea) y me dijo que sí, que en Latinoamérica eso era «normal», y que, de hecho, María Lionza era representada de formas muy heterogéneas sin contradicción alguna.

Estampa de Las Tres Potencias

Es aquí donde decidí adentrarme en el estudio del culto a María Lionza y sus imágenes. Pensé también que esta temática requería de un acercamiento visual. Consideré que era la ocasión ideal para realizar mi primera película etnográfica. Escribí una propuesta de investigación y la mandé a la École des hautes études en sciences sociales de París, una institución donde el cine etnográfico gozaba de gran tradición. Me aceptaron y me mudé a París. Al cabo de ocho meses aterrizaba en el aeropuerto de Maiquetía, en Venezuela, para comenzar el trabajo de campo y rodar mi película.

Nunca olvidaré lo que viví durante los siguientes años. En Venezuela pude observar, por ejemplo, ceremonias religiosas en las que espíritus de caciques indígenas que «murieron» durante la Conquista española descendían al cuerpo de los médiums y explicaban, en primera persona, cómo ocurrieron los hechos. Aprendí a «leer el tabaco» (es decir, a visualizar el futuro observando la forma de las cenizas). Pude hablar con artistas para quienes el arte es una forma de devoción, y con espiritistas que aplicaban un gran conocimiento «artístico» en la confección de sus magníficos altares. A veces tuve miedo. Reí mucho. Forjé amistades que todavía hoy perduran.

Cuando terminé la tesis doctoral, en 2008, me dije que era momento de dejar de lado el estudio del culto a María Lionza. Regresé a Barcelona. Estaba algo agotado después de tanto esfuerzo. Pero algo extraño ocurrió: un día, paseando por el barrio del Raval, vi en el escaparate de una tienda esotérica una gran imagen de María Lionza. No me lo podía creer. Llamé a mis amigos de Venezuela. Su respuesta fue clara: «la diosa no quiere que dejes de estudiarla. Ahora te toca analizar cómo ha llegado este culto a tu país. Tú no decides cuando debes estudiar a la diosa o dejar de hacerlo. Es ella quien lo elige». Así empezó mi segunda etapa de estudio del culto a María Lionza, en la que analicé la presencia de esta práctica religiosa en Europa y su progresiva implementación en internet y las redes sociales.

Una diosa en movimiento. La creatividad visual en el culto a María Lionza (Ediciones UB, 2023)

El libro Una diosa en movimiento. La creatividad visual en el culto a María Lionza (Ediciones UB, 2023) reúne todo lo que he aprendido sobre esta práctica religiosa a lo largo de los años. Para su lectura, propongo consultar la web www.va-marialionza.com. En este espacio virtual he subido en acceso abierto todas las películas que he realizado sobre esta temática. También se pueden ver imágenes de la exposición que comisarié en Barcelona en 2020 y 2021 (https://www.barcelona.cat/museu-etnologic-culturesmon/ca/noticies/maria-lionza-una-deessa-en-moviment). Desde el siguiente enlace se puede seguir una visita guiada: https://www.youtube.com/watch?v=B5-TAjhZxRc&t=8s.

Este libro está dedicado a mi gran amigo Dixon Calvetti, que falleció inesperadamente en 2023. Dixon fue un gran artista venezolano, estrechamente relacionado con el culto a María Lionza. Fue, en gran parte, gracias a él, que pude descubrir esta fascinante expresión religiosa. La figura de Dixon ejemplifica la tesis con la que empezaba este texto: la imposibilidad de distinguir entre la investigación y la vida, entre la parte afectiva e intelectual de nuestra experiencia. Las tesis y los libros forman parte de nuestros caminos vitales y son inseparables de muchos otros aspectos de nuestra existencia, entre los cuales se encuentra muy especialmente el valor de la amistad.

Roger Canals

Roger Canals

Antropólogo, cineasta y catedrático del Departamento de Antropología Social de la Universidad de Barcelona. Acaba de publicar, con Ediciones UB, «Una diosa en movimiento. La creatividad visual en el culto a María Lionza».

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